Lo que más me gusta en el mundo son los cuentos, de hecho, leer. Cuando tenía ocho años, mejor dicho el día que cumplí ocho años mi padre me regaló un libro llamado Cuentos maravillosos del mundo entero que conservo aún como uno de mis más preciados bienes. Este libro es de una época donde los libros infantiles no tenían la importancia que tienen actualmente o al menos no ocupaban el mercado que ocupan hoy en día.

Y quizás es uno de los motivos por los que es de singular valor, es una muy cuidada selección de cuentos del mundo entero tal y como reza su nombre, en la que aparecen obras clásicas como La Bella y la Bestia, cuentos populares de diferentes zonas como el cuento mongol La mujer helecho y en general un amplio número de relatos de al menos cincuenta países, sin edulcorar. Las historias son lo que son y aunque es un libro dedicado a niños no hay ningún rastro de infantilismo en él. Tanto las historias como las ilustraciones son increíbles, creo sin duda que este libro me marcó profundamente y por eso amo leer, amo la ilustración y adoro los cuentos. Creo que cualquier niño puede recibir cualquier historia. Si bien dudo que a día de hoy fuera publicado como un libro para niños, seguramente entraría como poco en categoría juvenil, pues no solo las historias tratan temáticas controvertidas para el público infantil como puedan ser la muerte, el asesinato, los pactos con el diablo o la vida eterna sino también el estilo de las ilustraciones cuidadas y detallistas se alejan de lo que entendemos hoy por ilustración infantil.

Sin embargo hay que recordar que los cuentos fueron durante siglos un medio para enseñar, tenían un papel más allá de la diversión y es por esto que tienen un valor muy singular casi mágico.

Por esto quiero enseñaros algunos autores o algunas obras que aún siendo aparentemente infantiles no han sido ilustradas desde una perspectiva infantil, sino que cualquier persona adulta o niña podrá dejarse llevar por estos maravillosos cuentos y adentrarse en un mundo mucho más complejo de lo que aparentan ser.

Blanca Nieves de Ana Juan

Mucho menciono a Ana Juan en este blog, me doy cuenta, pero me encanta, es inevitable y su trabajo para Blancanieves es de lo mejor que he visto en los últimos años. Curioso ilustrar un cuento tan clavado en nuestro imaginario colectivo como éste y hacerlo de una forma tan especial, destaca el uso del blanco y negro en la obra así como la atmósfera que recrea en cada dibujo.

Hansel y Gretel de Beatriz Martín Vidal

Otra de mis artistas españolas preferida, me encanta su trabajo tan pictórico y expresivo, su paleta de colores y el ambiente que genera en cada ilustración. Buena prueba de ella son las deliciosas ilustraciones con las que acompaña a este gran clásico de la literatura infantil. el cual creo que en sus manos se recupera la esencia del cuento original mucho menos amable de lo que solemos interpretar.

Caperucita roja de Beatriz Martín Vidal

Sí, repito ilustradora pero es que así descubrí a Beatriz Martín Vidal, caperucita debe ser una de las obras más contadas e ilustradas del mundo entero y esta versión menos infantil menos simplista a mi me cautiva.

Alicia en el país de las maravillas. Rebecca Dautremer

Alicia es una de esas obras que como las buenas obras infantiles, no lo son tanto. Encierra mucho más de lo que aparenta y aunque es muy difícil pensar en ella sin que se venga a la mente la todopoderosa obra de Disney, creo que las ilustraciones originales de John Tenniel siguen siendo para mi la imagen ideal de Alicia, por lo menos hasta que llegué a esta versión de Rebecca totalmente diferente e impregnada de su estilo tan particular. La delicadeza de los personajes y sobretodo el uso que hace del color es sencillamente maravillosa. Otra obra para niños que no debería ser solo para niños.

Coraline por Dave McKean

Que maravilla de historia, todos los niños deberían leer Coraline. Todos deberían leer a Neil Gaiman. Hace poco a una de las niñas a las que doy clase le dejé el libro para que lo leyera, la niña en cuestión tiene ocho años, se lo leyó en una semana y cuando me lo devolvió me dijo -me encanta, quiero más como éste- por qué le dije, y me contestó – porque es divertido, porque tiene mucha emoción y porque la protagonista no es estúpida, no me gusta que traten a los niños como estúpidos- de verdad que esa fue su respuesta, y es cierto que es un gran libro para niños con unas ilustraciones completamente diferentes incluso algo macabras puede decirse, nada parecidas a las de la película.

Carmilla de Isabella Mazzanti

Con esta historia creo que sucede un poco lo contrario a lo mencionado hasta ahora, parece si te fijas en las ilustraciones una obra de cierto corte infantil pero en realidad esconde uno de los primeros relatos sobre vampiros escrito en 1872 por Le Fanu, una maravilla, esta obra fue precursora del terror gótico y también destaca la interpretación de nuestra Ana Juan sobre la misma.

Quiero terminar esta breve recopilación de historias infantiles que no lo son tanto con dos grandes clásicos: El flautista de Hamelín de Errol Le Cain, maravilloso ilustrador de cuentos clásicos y La Cenicienta de Jeannie Harbour una gran ilustradora Art Deco. Hay más, muchas más obras y artistas que convirtieron el género de los cuentos infantiles en algo asombroso y yo os invito a descubrir en las estanterías de bibliotecas y librerías esos cuentos que están esperando ser leídos por los niños y los grandes.